
Capitulo 11:
Principios de Diciembre, 2005: Si esto fuera una novela llamada “año” este momento sería el clímax. Onda todos los pesares, el estrés y training del año se sienten como el roce del cuerpo con alguien a los 40 minutos de tomarte un éxtasis…
Lo único en tu mente es ese ángel de la guarda medio hippie que te da ánimos y te hace barra diciendo “ya llega el verano!, ya llega el verano! Falta poco!” y claro, como uno es weon, suspira y sonríe…
Fines de enero, 2006: las vacaciones en los andes son como el peor episodio de la granja VIP (sin nadie VIP claro y sin cámaras) los participantes somos 4: mi mama, mi viejo, mi hermano de 30 años y yo…
Mi mama es mi yunta. Mi viejo es el amenazado por convivencia y mi hermano el amenazado por talento.
Esta particular granja es visitada ocasionalmente por amigos míos - Checho, Marcela, Magali, Alejo- el resto de mis amigos esta filmando una temporada nueva de la dimensión desconocida (al menos para mi): siendo papás, trabajando, viajando. Cosas que para mi suenan como sci-fi…
En esta particular granja además debo poner a prueba mi tolerancia: escuchar música de los 80, compartir el Internet con un tipo de 30 años que aun se masturba viendo pornografía en la red, y que no cree en la existencia sagrada del cepillo de dientes, almorzar con un hombre de 60 años que olvida ponerse su camisa, sus modales y su educación, y un perro chow chow que ya me a mordido unas 2 veces…
Obviamente cuando llegan visitas hay q poner cara de estar viviendo efectivamente en un condominio: para pertenecer a este reality era Pre-requisito tener un post grado en hipocresía…
Hubo un tiempo en que yo tenía free pass para salir cuando quería de este reality veraniego: hasta hace unos 2 o 3 años encontrar un carrete bueno en verano era más fácil que sacar tarjeta en Falabella…
Aparecieron de repente personajes veraniegos multifacéticos y estereotipados, pero su onda fue cada vez poniéndose mas toxica. Por lo tanto ver a la Fabiola Caro incursionando con otra amiga dejo de ser tan entrete como lo era en un principio.
Así que la buena onda solo quedo en el aire y finalmente se disipó como desodorante ambiental.
Ahora estoy recluido aquí y solo me quedan 2 o 3 amigos (los mejores, obvio) que andan en la misma que yo...